Aristas para un Pentágono (y algunas Diagonales)

1- Encuentro en el periódico (y no un periódico colombiano: los de mi país no sirven para informar a la gente sobre nada, dejemos de hacernos ilusiones). Encuentro en El País de España una infografía sobre el eje Francia-Alemania -con motivo de la gran crisis europea actual-  en el que se comparan dos discursos memorables separados por 25 años de construcción europea. Uno en el que Kohl (canciller de la época) y Mitterrand (presidente francés) sellaban el pacto europeo y marcaban los derroteros de la Europa actual y el último, entre Merkel y Hollande, tratando a cuatro manos de salvar ese mismo sueño europeo.

Varias cifras me impresionan, cifras que dan razón a este escrito: las de la cantidad de Alemanes y Franceses en 1990 y de los mismos en 2015. En 1990 vivían en Alemania (ya unificada) 79,3 millones de personas, el desempleo llegaba a 6,1% y el PIB era de 1,59 billones. En 2015 viven en Alemania 81,1 millones de personas, el desempleo es de 4,9% y el PIB de 3,85 billones. En Francia en 1990: 56,5 millones de franceses, 7,8% de desempleo y 1,27 billones de PIB; en 2015: 63,9 millones de franceses por 10% de desempleo y un PIB de 2,84 billones.

En Alemania el aumento demográfico fue de menos de 2 millones de personas, y en Francia algo mas de 6 millones. En 25 años la taza de natalidad se mantuvo estable, un poco más activa en Francia sin ser exagerada y mucho más rigurosa la alemana. Los PIB de los dos países aumentaron de manera más que significativa, casi doblando en los dos casos.

2- En Colombia, en el mismo lapso, pasamos de 34’125.000 a 48 millones actualmente. La población se incrementó en casi 14 millones de personas. El aumento demográfico fue de mas de 40% en solamente 25 años.

3- Son bastante bien conocidos el espíritu anticlerical de los franceses y la disciplina y seriedad de los alemanes, prácticamente en todo lo que hacen. Sus iglesias locales no tienen ni el peso ni la importancia de la Iglesia Católica Colombiana, que es la que más ha contribuido a la ignorancia en temas contraceptivos y que, de la mano de los sucesivos gobiernos corruptos e incapaces, ha favorecido la explosión demográfica del último medio siglo. Así como en África, nuestros cardenales y obispos no han dejado de tronar y de trinar contra el uso del condón, del aborto, de la misma píldora (ni siquiera la del « día después » no, la píldora de toda la vida…). Siempre aupando a la masa ignara, que los sigue como oráculos, a dejarlo todo en las manos del Señor, a « aplazar el gustico » como dijo un reconocido monaguillo. La curia sigue siendo invitada consuetudinaria de emisiones de radio y televisión, las opiniones de los prelados se escuchan en el Palacio de Gobierno y en la mesa de conversaciones de La Habana.

4- Con tal aumento demográfico lo que se ha venido fue inevitable. Y la violencia: de las guerrillas, de los paras, del narcotráfico ha sido el factor detonante del gran desplazamiento de las masas olvidadas del campo y las periferias hacia las grandes ciudades. El aumento demográfico de Bogotá así lo demuestra. En 30 años la cifra se duplicó llegando a casi 8 millones actualmente.

5- Jaime Castro, Mockus, Peñalosa, Garzón, (Pastrana y Samuel Moreno están fuera de concurso), Petro y el que vendrá: Pardo, Peñalosa o Clara, lo tuvieron y lo tendrán imposible. Ni el Barón Haussmann ni LeCorbusier habrían podido poner en claro tal descalabro. Y es que no es casualidad que a los transmilenios no les quepa un tinto, que a la gente la plata no le alcance, que la mayor fuente de empleo sea ese famoso « subempleo » que no es sino la expresión más refinada del rebusque.

Diagonales:  La curia encerrada en su Iglesia y fin de las subvenciones públicas para todo tipo de asociación religiosa: como entes privados se tienen que financiar ellos mismos, sobreviven o desaparecen. Políticas serias de contracepción desde la más temprana edad. Fin de la prohibición del aborto y de las « tres causas legítimas » que no son sino arreglos hipócritas que menosprecian la libertad individual de las mujeres y la potestad natural y lógica que deberían tener sobre su propio cuerpo. Y por último, en vez de pelear contra la realidad y de adjudicar culpas a la ligera, atacar el problema de fondo, en vez de « recuperar a Bogotá » por ejemplo, sería bueno escucharles a los candidatos a la Alcaldía de Bogotá (o a la de Cali, de Medellín, de Cartagena…) qué van a hacer, cuáles son sus políticas para acabar con el embarazo juvenil, para fomentar el uso de anticonceptivos, para que los más jóvenes tomen plena conciencia y responsabilidad de sus propios cuerpos. En suma: más seriedad, menos demagogia y, obviamente, menos, muchas menos hostias.

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